Rumania durante la Primera Guerra Mundial

Rumania durante la Primera Guerra Mundial
Frente oriental en la Primera Guerra Mundial
Parte de Frente Balcánico (Primera Guerra Mundial)

Tropas rumanas en Mărășești en 1917
Fecha 27 de agosto de 1916-diciembre de 1917, noviembre de 1918
Lugar Rumania
Resultado Victoria de los Imperios Centrales, Armisticio de Focșani, Tratado de Bucarest
Victoria de la Triple Entente, Tratado de Versalles (1919)
Beligerantes
Bandera de Bulgaria Bulgaria
Bandera de Imperio alemán Imperio alemán
Bandera de Imperio austrohúngaro Imperio austrohúngaro

Bandera otomana Imperio otomano
Bandera de Rumania Reino de Rumania
Bandera de Rusia Imperio ruso
Comandantes
Bandera de Imperio alemán Erich von Falkenhayn
Bandera de Imperio alemán August von Mackensen
Bandera de Bulgaria Nikola Zhekov
Bandera de Bulgaria Pantelei Kiselov
Bandera de Bulgaria Stefan Toshev
Bandera de Imperio austrohúngaro Franz Conrad von Hötzendorf
Bandera otomana Hilmi Pașa
Bandera de Rumania Constantin Prezan
Bandera de Rumania Alexandru Averescu
Bandera de Rumania Eremia Grigorescu
Bandera de Rumania Ioan Culcer
Bandera de Rusia Aleksei Brusilov
Bandera de Rusia Andréi Zaionchkovski
Bandera de Rusia Dmitri Shcherbachov
Fuerzas en combate
Bandera de Imperio alemán Cifra desconocida
Bandera de Imperio austrohúngaro Cifra desconocida
Bandera de Bulgaria 147 049[1]
Bandera otomana 24 000[2]
Bandera de Rumania 750 000 (al comienzo)[3]
Bandera de Rusia Cifra desconocida
Bajas
Desconocidas Bandera de Rumania 335 706 por todos los conceptos[4]

La historia de Rumania durante la Primera Guerra Mundial abarcó varias fases: primero un periodo de neutralidad que duró desde el estallido de la contienda mundial en 1914 hasta la entrada del país en el conflicto en agosto de 1916; luego una serie de batallas en 1917, enmarcadas entre las que se libraron en el frente oriental; seguidamente un periodo de rendición tras la revolución rusa; y finalmente una reanudación de los combates a finales de 1918. En la guerra, el Reino de Rumania y el Imperio ruso se enfrentaron a los ejércitos de los Imperios Centrales. El país se contó entre los vencedores del conflicto, lo que le permitió aumentar notablemente su territorio y población.

Rumania permaneció neutral cuando estalló la guerra en agosto de 1914 pese a la alianza que la ligaba a Alemania y Austria-Hungría.[5]​ Los bandos enfrentados trataron de atraerse al país con promesas territoriales, competición en la que la Triple Entente gozaba de ventaja al poder ofrecer Transilvania y Bucovina.[5]​ El objetivo de los mandatarios rumanos era completar la «unión nacional» mediante la obtención de los territorios con población de lengua rumana, fundamentalmente Transilvania, Bucovina y el Banato.[6]​ Rumania accedió a entrar en guerra junto a la Triple Entente en agosto de 1916, tras dos largos años de neutralidad, a cambio de grandes concesiones territoriales.[7]​ El país se sumó al bando que creía que pronto alcanzaría la victoria.[8]

Las fuerzas rumanas irrumpieron en la deseada Transilvania austrohúngara, pero la rápida declaración de guerra de Bulgaria hizo que el alto mando detuviese el avance de los ejércitos en el noroeste y perdiese la iniciativa militar, que quedó en manos del enemigo, dirigido por dos brillantes jefes alemanes: August von Mackensen y Erich von Falkenhayn.[9]​ Las tropas rumanas eran valientes, pero bisoñas, estaban mal armadas y peor mandadas y tuvieron que enfrentarse a un enemigo que las acometía en dos frentes, el transilvano al noroeste y el del Danubio al sur.[9]​ Von Falkenhayn expulsó a los invasores de Transilvania y penetró en Valaquia entre mediados de septiembre y principios de noviembre, mientras que Von Mackensen se adueñaba de casi toda la Dobruya.[10]​ A finales de diciembre de 1916, los Imperios centrales se habían apoderado de toda Valaquia y de la Dobruya.[9]​ La intervención que debía haber allanado la victoria de la Triple Entente concluyó en realidad en un gran descalabro tras una campaña de apenas ciento cuarenta días.[11]

El Gobierno tuvo que refugiarse en Moldavia, protegido por más de medio millón de soldados rusos.[9]​ Tan solo el auxilio ruso y el crudísimo invierno de 1916-1917 permitieron frenar a los ejércitos de los Imperios centrales en los límites de la región.[12]​ En el verano de 1917, sin embargo, el remozado ejército rumano, con algo de ayuda rusa, logró desbaratar el intento de los Imperios Centrales de apoderarse también de ella.[13]​ Luego la radicalización de la revolución en Rusia cambió la situación: Rumania no solo perdió el sostén de las divisiones rusas, imprescindible para defender el frente, sino también su única fuente de suministros militares.[14]​ Cuando los bolcheviques tomaron el poder en Rusia y firmaron el Tratado de Brest-Litovsk, Rumania quedó aislada y rodeada por el enemigo y no tuvo más remedio que negociar un armisticio, que se firmó el 9 de diciembre en Focșani.[15]​ Posteriormente hubo de suscribir el tratado de paz de Bucarest el 7 de mayo de 1918,[16]​ que hizo del país en la práctica una colonia de los Imperios Centrales.[17]​ Los abastos que estos obtuvieron de Rumania fueron vitales para que pudieran seguir combatiendo hasta finales de 1918.[18]

Después de que la ofensiva aliada en Macedonia hiciese que Bulgaria tuviese que solicitar la paz, Rumania volvió a entrar en combate el 10 de noviembre de 1918,[19][20]​ un día antes de que la guerra acabase en el frente occidental.[21]Brătianu, nuevamente primer ministro, se desplazó a París en enero de 1919 para encabezar la delegación rumana que iba a participar en la Conferencia de Paz de París.[22]​ Allí pasó seis meses defendiendo inflexiblemente la postura rumana, sin lograr, no obstante, todos los objetivos fijados en el tratado de 1916, aunque sí la anexión de Bucovina, Besarabia y Transilvania.[22]​ En el otoño de 1920, las nuevas fronteras rumanas habían recibido ya en general el reconocimiento internacional.[23]​ El país había crecido notablemente, tanto en territorio como en población[24]​ (296 000 km² con 16 250 000 habitantes, según datos de 1919).[23]​ En cambio, había adquirido abundantes minorías (un 30 % de la población).[23][25]​ También había perdido aproximadamente un 10 % de la población prebélica en el conflicto.[26]​ Las pérdidas económicas debidas a la guerra también habían sido enormes: en 1918 el país producía un 53 % menos de petróleo, un 59 % menos de carbón y un 81,6 % menos de hierro que en 1913-1914.[26]​ La economía tardó en recuperarse: hasta 1922 no se recobró el nivel de producción agraria de 1913 y el industrial solo se alcanzó en 1924.[27]​ La inflación de la posguerra y la desorganización del comercio causadas por la contienda perduraron hasta mediada la década de 1920 y afectaron duramente a las clases más humildes.[27]

  1. Българската армия в Световната война 1915-1918, vol. VIII, pag. 792
  2. Българската армия в Световната война 1915-1918, vol. VIII, pag. 283
  3. România în războiul mondial (1916-1919), vol. I, pag. 58
  4. «Copia archivada». Archivado desde el original el 29 de octubre de 2012. Consultado el 8 de marzo de 2010. 
  5. a b Strachan, 2014, p. 72.
  6. Ceaușescu, 1985, p. 513.
  7. Torrey, 1992, pp. 462-463.
  8. Renouvin, 1990, p. 318.
  9. a b c d Torrey, 1992, p. 463.
  10. Torrey, 1980, p. 32.
  11. Torrey, 1980, p. 27.
  12. Torrey, 1998, p. 270.
  13. Torrey, 1998, p. 292.
  14. Torrey, 1998, pp. 292-293.
  15. Torrey, 1998, p. 219.
  16. Stavrianos, 1958, p. 565.
  17. Lozano Cutanda, 2014, pp. 274-275.
  18. John Keegan, World War I, pg. 308
  19. Torrey, 1998, p. 225.
  20. Grandhomme, 2006, p. 32.
  21. Torrey, 1992, p. 474.
  22. a b Torrey, 1998, p. 230.
  23. a b c Hitchins, 2007, p. 290.
  24. Sandu, 2015, p. 155.
  25. Sandu, 2015, pp. 156, 167.
  26. a b Hitchins, 2007, p. 291.
  27. a b Sandu, 2015, p. 167.

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